El monopatín de descenso implica navegar por una carretera empinada y sinuosa lo más rápido posible, empujando el límite de agarre en la línea más rápida. Se alcanzan velocidades muy superiores a 60 km/h rápidamente, con el récord mundial actual situándose en impresionantes 143,89 km/h logrados de pie. La habilidad para montar y el control preciso de la tabla son esenciales, permitiendo a los riders reducir la velocidad en cualquier situación a través de derrapes, deslizamientos, frenado en el aire o frenado con el pie.